jueves, 28 de noviembre de 2019

Coco, cine y ancestralidad


Por Sandra Patricia Tafur y 
Nelsy Armesto Argüelles

Coco, la película animada más aclamada de Disney Pixar durante el año 2017, presenta la historia de Miguel Rivera, un pequeño niño que vive con su familia en un humilde barrio mexicano. En este filme se logra apreciar una serie de costumbres y tradiciones que marcan el andar de los Rivera.  Durante el desarrollo de esta película se logran evidenciar algunos aspectos tradicionales de la cultura mexicana junto con hermosos paisajes y coloridos personajes.


 A lo largo de la película se puede advertir cómo el matriarcado de la Abuela Elena tiene un fuerte poderío, de igual forma se aprecia cómo la familia se dedica por completo al negocio de la zapatería, el cual a través de los años les ha dado el sustento mientras los mantiene alejados de la música.  Durante el filme se presenta a Miguel, un pequeño niño que vive con su extensa familia y siente un indescifrable y desmesurado amor por la música. Esto presenta para él una enorme encrucijada ya que la abuela Elena, censura esta pasión y le prohíbe tener contacto con algún instrumento o con algún músico. 

El pequeño Miguel en su afán de lograr sus sueños de abrirse campo en la música sin deshonrar a su familia, decide aprovechar el Día de Muertos y en secreto participar de un concurso para músicos principiantes, esto desencadena una serie de eventos que lo conducen a él y a sus familiares vivos y muertos a atravesar una serie de aventuras en las que se resignifica el valor de las tradiciones y la importancia de seguir los consejos de los mayores. 


Gracias a la aventura que vive Miguel la película conduce al espectador al exótico e inefable mundo de los muertos, en donde se reúnen los familiares Rivera fallecidos con personajes icónicos como Frida Kahlo para llegar a la reveladora verdad que este mundo tiene para Miguel y sus familiares. 


Por otra parte, la magia del color y el esplendor de detalles que a lo largo de la película se entregan, permite a los espectadores conocer algunos de los más importantes aspectos de las calles, la gastronomía, los símbolos y la alegría propias del pueblo mexicano con el rigor de respeto y estética que Coco merece.

Llevar esta película a las aulas permite que el docente pueda abordar con niños y jóvenes el valor de la tradición familiar, la narrativa al reconocer las pistas que nos da la película para entender quién puede estar contado la historia, así como el análisis de las imágenes al distinguir los colores y formas del mundo de los vivos y el de los muertos. 



Es importante que el docente oriente a los estudiantes para acercarse a la película y reflexionar sobre la contextualización del momento que vive Miguel, el encuentro con personajes importantes de México y criaturas como el alebrije. Asimismo, es menester que se piense con los jóvenes sobre el papel del director y la productora de Coco, ya que esto determina el horizonte del filme o si existe una similitud con otras películas anteriores de la compañía. Finalmente, es necesario que los estudiantes valoren el filme y lo justifiquen en un apartado crítico donde se invite a plasmar las emociones que surgen al ver esta producción.



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